Adolfo Domínguez, defensor de "la arruga es bella", volvía a Cibeles este viernes tras 10 años de ausencia y después de su continua presencia en los años 80 y los primeros de la década de los 90.
A pesar de los fallos de producción (no sonó la música planeada para el desfile) se presento con modelos clásicos, el diseñador gallego presento escotes asimétricos, túnicas y trajes. Domínguez apuesta por diseños sobrios en blanco, gris, arena, piedra y marino.
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