Miriam Ocariz abrió los desfiles de la tarde de la tercera jornada de la L edición de la Cibeles Madrid Fashion Week con unos diseños caracterizados por su armonía a pesar de los contrastes, creando así a una mujer elegante y segura de sí misma.
La bilbaína, que recibió el apoyo de la periodista Raquel Sánchez Silva durante el desfile, propone trajes de chaqueta reinventados a partir de las formas. Los pantalones bombacho y de montar, en lana o seda gruesa, dan al traje un toque entre riguroso y dinámico. Colores como el naranja, el amarillo, el celeste y el cardenal se mezclan y se superponen acentuando la vertiginosidad y otorgando a los modelos un 'look' urbano.
En ocasiones, los pantalones y las faldas de colores vivos y formas globo se combinan con camisas confeccionadas en tejidos ligeros, como la gasa y la seda, y estampados suaves. En los vestidos, las ligeras líneas abullonadas se contrarrestan también con el carácter fluido de los tejidos, sugiriendo el cuerpo de la mujer. Cascadas de volantes y texturas que simulan cascadas de piedras se mezclan con telas brillantes.
La línea más femenina de la colección está marcada también por los contrastes. Ocariz apuesta por el mini vestido pero también por el traje-pantalón y por los vestidos vertiginosos que envuelven a las modelos hasta los pies. En cuanto a los colores, la vasca introduce los colores neutros, empolvados. Puntos de viscosa en color maquillaje con acabados satinados compiten con estampados de flores indefinidas en tonos lila y plata y con sobrios diseños en negro.
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